Samuel Antonio Jiménez Romero
La verdad, no me gusta que me hablen de IoT tirando del Powerpoint. Cuestión de gustos, nada más. Las cajitas chulas y las flechas sombreadas nunca dan problemas, MQTT sí, y muchos.
Hagamos algo mejor: vamos a ensuciarnos las manos y dejemos que nos hablen las máquinas, hagamos IoT con cosas. Que nos enseñen cómo se comunican en la práctica y no en la zona de confort de una presentación. Vamos a fallar, a sentir que no tenemos el control.
Vamos a mirar a los ojos al quisquilloso y hermosamente simple protocolo MQTT (usando mosquitto) y observemos cómo a veces todo falla sin dejar rastro. De paso, maldigamos sin piedad su política de calidad de servicio (aunque si la conocemos, nos salvará la vida).
Qué tal si pillamos varias Raspberry Pi, las montamos sobre cosas y pinchamos algunos sensores en sus GPIOs para ver qué hacen y cómo se lo cuentan las unas a las otras. ¿Y si colamos una preciosa BBC micro:bit para que entre en la conversación? ¿Y si probamos, además, con el ESP8266? ¿Y si....?
Una vez vistas las bases, buscaremos una (1) librería para que todo lo gestione node.js con su eficiente loop; nos tirémonos de los pelos cuando tengamos que acceder a un recurso, y ya que estamos, aprenderemos cómo podemos hacer que escuchen algunas otras “things” vía RF en 433Mhz, o BLE sobre UDP.
Y todo-todo-todo-todo a pelo, desde la línea de comandos y con Vim.
Me meto en un berenjenal, lo sé.
Pero sólo así podremos reivindicar el cacharreo y dejarnos llevar por la creatividad. En fin, disfrutar de aquel gran método de aprendizaje que olvidamos justo el día en que dejamos de jugar para empezar a estudiar.
Viernes 15/03/2019
18:00 - 18:50
Track 3 (4.1.D03)
Sobre el ponente
Samuel Antonio Jiménez Romero
Particular
Supe que sería ingeniero justo después de ver Juegos de Guerra, un clásico de los ochentas que todo informático de bien debería ver. Eso de decidir tu futuro inspirado por una peli puede acabar muy mal (depende del género) pero se llevaba mucho entonces lo de las epifanías.
Me encanta el cacharreo. Creo que es la mejor forma de aprender algo de verdad, porque te enseña a manejar la frustración y a gestionar recursos escasos. Y una vez hecho ésto, nada mejor que contárselo a los demás para que la rueda del conocimiento siga girando.